Venezuela: el chavismo consolida su poder tras las elecciones del 25 de mayo y profundiza el control institucional

Venezuela: el chavismo consolida su poder tras las elecciones del 25 de mayo y profundiza el control institucional

 


Las elecciones regionales y parlamentarias celebradas este 25 de mayo en Venezuela, adelantadas por el oficialismo, han reafirmado el dominio del chavismo en el mapa político del país. De las 24 gobernaciones en disputa, 23 fueron adjudicadas al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), al igual que la mayoría de los escaños en la Asamblea Nacional, donde la alianza oficialista obtuvo más del 82% de los votos, según cifras del Consejo Nacional Electoral (CNE).



Aunque los comicios no generaban grandes expectativas de cambio, sí introdujeron elementos nuevos en la dinámica política venezolana. Uno de los más destacados fue la elección, por primera vez, de un gobernador y diputados para el estado Guayana Esequiba, una región que Venezuela reclama a Guyana desde hace más de 180 años. Esta decisión, ignorando las recomendaciones de la Corte Internacional de Justicia, ha sido interpretada como un gesto de afirmación territorial por parte del Ejecutivo.



El CNE reportó una participación del 42,63%, aunque voces expertas como el analista Eugenio Martínez cuestionaron esta cifra, advirtiendo inconsistencias respecto al número total de votantes registrados. Martínez calculó una participación real cercana al 25,6%.

La oposición llegó dividida y debilitada a estos comicios. Algunos sectores optaron por la abstención —entre ellos, el movimiento liderado por María Corina Machado— mientras otros participaron para "no ceder espacios", logrando algunos escaños. Sin embargo, gran parte de los partidos opositores tradicionales se encuentran intervenidos o desmantelados, y varios dirigentes relevantes han sido detenidos o permanecen en la clandestinidad, como Juan Pablo Guanipa o la propia Machado.



Analistas como Carmen Beatriz Fernández y Ana Milagros Parra advierten que el gobierno busca consolidar su control institucional de cara a una posible reforma constitucional, aprovechando su amplia mayoría parlamentaria. Más que una acumulación de poder, el chavismo estaría apostando a su prolongación en el tiempo, mediante una estrategia que combina represión interna, control del sistema electoral y una fachada de legitimidad internacional.



Mientras tanto, la oposición enfrenta el desafío de redefinir su estrategia en un contexto de alta represión, desconfianza ciudadana, fragmentación interna y pérdida de apoyos internacionales clave. Aunque la abstención podría interpretarse como un respaldo simbólico a quienes llamaron a no participar, la realidad política e institucional se ha teñido de rojo, y la oposición institucional sale más debilitada.



Como señalan los expertos, aunque la imagen general del poder en Venezuela parezca inmutable, los detalles y los actores están cambiando, configurando lentamente un nuevo tablero político.

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