La imagen muestra a Trump con sotana blanca, mitra pontificia y una gran cruz al cuello, adoptando una expresión solemne con el dedo alzado. Aunque algunos interpretaron la imagen como una broma, la reacción fue mayoritariamente de indignación.
“No hay nada inteligente ni gracioso en esta imagen, señor presidente”, escribió en la red X (antes Twitter) la Conferencia Católica del Estado de Nueva York. “Acabamos de enterrar a nuestro querido papa Francisco y los cardenales están a punto de entrar en un cónclave solemne para elegir a un nuevo sucesor de San Pedro. No se burle de nosotros”.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, declinó hacer comentarios al respecto, mientras que el cónclave para elegir al nuevo pontífice comenzará el 7 de mayo.
Críticas internacionales y dentro del clero
El ex primer ministro italiano, Matteo Renzi, calificó la imagen como ofensiva para los creyentes y una muestra de “payasadas” por parte del líder republicano.
También se pronunció el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York y posible candidato al papado, quien se encuentra en Roma y afirmó que el gesto del presidente “no ha estado bien” y “ha causado una mala impresión”.
Defensa de la Casa Blanca
Desde la administración Trump, sin embargo, se rechazó la idea de que la publicación tuviera la intención de burlarse de la fe. La secretaria de prensa Karoline Leavitt aseguró que el presidente viajó a Italia para asistir al funeral del papa Francisco y que “ha sido un firme defensor de los católicos y de la libertad religiosa”.
La controversia se suma a una larga lista de tensiones entre figuras políticas y la comunidad religiosa, y reabre el debate sobre los límites del humor, la imagen pública y el respeto en contextos de duelo y solemnidad.
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