"Me convertí en cristiano no hace mucho", confesó Barkley en una entrevista reciente, añadiendo que su encuentro con la fe ha transformado su vida. “No creo que sea coincidencia que el mejor año de mi carrera llegó cuando encontré mi fe. Me da claridad en la vida”, afirmó.
Los números respaldan su testimonio: más de 2,000 yardas por tierra, 15 touchdowns, y una histórica victoria en el Super Bowl LIX. Pero para Barkley, más allá de los logros deportivos, lo esencial ha sido su relación con Dios.
Durante el "Día de Medios" del Super Bowl, Barkley ya había dejado entrever su proceso espiritual, agradeciendo a su agente Ed Berry, quien también es pastor, por acompañarlo en su camino. “No voy a decir que conozco la Biblia de principio a fin, pero estoy aprendiendo... Soy afortunado de tener a alguien que me guía en estudios bíblicos”, expresó.
El corredor también destacó cómo su equipo ha sido un espacio de crecimiento espiritual. “Lo hermoso de este equipo es que la fe es parte central de nuestras conversaciones. Nos preguntamos sobre religión, sobre Dios... y eso te ayuda a crecer y aprender”, compartió.
El veterano Brandon Graham, capitán del equipo, confirmó que la fe ha sido un lazo de unidad dentro del vestidor. “Este año sentí que la mayoría de los creyentes estaban en el equipo, y nadie temía expresarlo”, dijo.
El testimonio de Barkley resalta cómo la fe puede traer dirección, fortaleza y propósito, incluso en contextos de alta competencia como la NFL. Su historia inspira a vivir una fe auténtica en todos los ámbitos de la vida, mostrando que la verdadera grandeza va más allá del éxito deportivo.
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