La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, declaró este martes el estado de emergencia local e impuso un toque de queda nocturno en el centro de la ciudad, luego de cinco días consecutivos de protestas y disturbios provocados por las redadas migratorias ordenadas por el presidente Donald Trump.
La restricción entró en vigor a las 8:00 p.m. y se extenderá hasta las 6:00 a.m. del miércoles, abarcando un área de una milla cuadrada (aproximadamente 2,5 km²). Bass anticipó que esta medida podría repetirse en los próximos días mientras persista la situación de inestabilidad.
Si bien la alcaldesa aseguró que los disturbios no representan una crisis generalizada, advirtió que los daños en esa zona han sido “significativos”. “Lo que ocurre en este perímetro no afecta al resto de Los Ángeles”, señaló, indicando que seguirá evaluando la situación en coordinación con autoridades y líderes locales.
El jefe de la Policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, respaldó la implementación del toque de queda y advirtió que quienes lo violen —excepto residentes, personal acreditado, trabajadores esenciales y personas sin hogar— serán arrestados. “Esto no es un intento de silenciar voces, sino de salvar vidas y proteger la propiedad”, dijo.
Según los reportes policiales, los arrestos han ido en aumento: 27 el sábado, 40 el domingo, 114 el lunes y 197 hasta la noche del martes. McDonnell advirtió sobre una “escalada preocupante” de comportamientos peligrosos desde el fin de semana.
La alcaldesa Bass reiteró su llamado al presidente Trump para que detenga las redadas del ICE: “Pienso en las familias que tienen miedo de salir a trabajar o llevar a sus hijos a la escuela. Cuando asustas a los inmigrantes, estás golpeando el corazón de nuestra economía”.
Creciente tensión militar y llamado a la paz
El gobernador de California, Gavin Newsom, también se pronunció ante la creciente tensión y la llegada de 4.000 efectivos de la Guardia Nacional, desplegados por orden de Trump. Newsom calificó la medida como un “ataque a la democracia”.
“Estos hombres y mujeres están entrenados para el combate en el extranjero, no para aplicar la ley en casa”, afirmó. “Honramos su valentía, pero no queremos nuestras calles militarizadas. Ni en Los Ángeles, ni en California”.
Newsom advirtió que esta situación podría replicarse en otros estados y llamó a la protesta pacífica. Aunque reconoció que la mayoría de las manifestaciones han sido pacíficas, señaló que “unas decenas de personas se tornaron violentas y destructivas”, vandalizando propiedades e intentando agredir a la policía.
“Quiero ser claro: si incitas a la violencia o destruyes nuestras comunidades, serás responsabilizado”, enfatizó. Finalmente, criticó la falta de respuesta de los líderes republicanos frente a las decisiones del presidente: “El Congreso brilla por su ausencia. California seguirá luchando”.
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