Washington D.C./Jerusalén – Un violento ataque perpetrado en la madrugada del jueves frente a la embajada de Israel en Washington dejó como saldo dos funcionarios diplomáticos israelíes asesinados, provocando una oleada de reacciones de alto nivel desde Jerusalén y en todo el mundo. Las autoridades israelíes calificaron el atentado como un claro acto de terrorismo impulsado por el antisemitismo.
El primer ministro Benjamin Netanyahu expresó su consternación y dolor por lo ocurrido. “Estamos presenciando el costo terrible del antisemitismo y de la incitación salvaje contra el Estado de Israel”, afirmó en un comunicado oficial. “Las calumnias de sangre contra Israel se traducen en derramamiento de sangre, y deben ser combatidas hasta su erradicación”.
Netanyahu confirmó que ha ordenado reforzar la seguridad en todas las misiones diplomáticas israelíes en el extranjero, e informó que ha mantenido comunicación directa con la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, quien aseguró que el atacante será llevado ante la justicia.
Dolor y unidad frente al odio
El presidente israelí Isaac Herzog condenó enérgicamente el ataque, al que definió como “un acto despreciable de odio y antisemitismo” que cobró la vida de dos jóvenes empleados de la embajada. “Nuestras oraciones están con los heridos y nuestras condolencias con las familias de los asesinados”, escribió en X. “Israel y Estados Unidos seguirán unidos en defensa de nuestros valores y de nuestra gente. El terror y el odio no nos quebrarán.”"
Desde Nueva York, el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, tildó el atentado de “acto de terrorismo antisemita depravado” y afirmó que atacar a la comunidad judía representa una línea roja. “Confiamos en que las autoridades estadounidenses actuarán con firmeza”, declaró.
El ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Sa’ar, lamentó la tragedia y subrayó que los representantes diplomáticos israelíes enfrentan riesgos elevados, especialmente en el contexto actual. Confirmó que el embajador en EE. UU., Yechiel Leiter, acudió personalmente al lugar del ataque y se mantiene en contacto directo con las autoridades estadounidenses.
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Una escalada de incitación que cobra vidas
El líder opositor Yair Lapid calificó el ataque como un acto de “terrorismo antisemita”, resultado directo de la retórica encendida que se ha visto en protestas globales. “Esto es lo que realmente significaban con ‘globalizar la intifada’”, escribió. “Judíos están siendo asesinados simplemente por ser judíos. Permaneceremos unidos ante este odio.”"
Por su parte, el diputado Amichai Eliyahu (Otzma Yehudit) culpó directamente a las declaraciones del exgeneral Yair Golan, quien recientemente criticó la ofensiva israelí en Gaza. Eliyahu afirmó que dichos comentarios “resuenan entre nazis y enemigos de Israel en todo el mundo” y responsabilizó a Golan por el clima que habría propiciado el ataque.
El parlamentario laborista Gilad Kariv remarcó que el terrorismo no distingue entre ciudadanos israelíes y judíos de la diáspora. “Las naciones occidentales deben enfrentar no solo a los grupos terroristas, sino también a la incitación antisemita y antiisraelí que se propaga y profundiza”, advirtió.
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Antisemitismo disfrazado de política
Desde el Museo ANU del Pueblo Judío, su director recordó que este tipo de violencia confirma que el odio hacia Israel a menudo es simplemente una nueva forma de antisemitismo. “El ataque nos recuerda que el odio sigue presente en múltiples formas y espacios”, señaló. “Seguiremos de pie como embajadores orgullosos del pueblo judío.”"
Este atentado marca un nuevo episodio de violencia contra la representación israelí en el exterior y enciende las alarmas sobre el aumento de la hostilidad contra comunidades judías en el mundo. Mientras avanzan las investigaciones en EE. UU., Israel refuerza sus medidas de seguridad diplomática en medio de un clima internacional cada vez más tenso.
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