Jerusalén, 20 de mayo de 2025 — Grupos de judíos ultranacionalistas protagonizaron este lunes una serie de incidentes violentos durante el desfile del Día de Jerusalén, celebrado para conmemorar la captura de Jerusalén Oriental por parte de Israel en la guerra árabe-israelí de 1967. La jornada estuvo marcada por agresiones físicas, expresiones de odio y tensiones religiosas en el corazón de la Ciudad Vieja.
Miles de manifestantes de extrema derecha se congregaron en la emblemática Puerta de Damasco, entonando cánticos como "¡Muerte a los árabes!" y portando pancartas con lemas provocadores, entre ellos: “67 – Jerusalén en nuestras manos; 2025 – Gaza en nuestras manos”. Testigos informaron de ataques verbales y físicos contra comerciantes árabes que aún mantenían abiertas sus tiendas en el barrio musulmán.
Los disturbios se intensificaron cuando grupos radicales irrumpieron en zonas palestinas de la Ciudad Vieja, gritando frases como “¡Que arda tu pueblo!” y “¡Tu casa será nuestra!”. La policía israelí desplegó un operativo de contención tras los altercados y procedió a detener y expulsar a algunos de los manifestantes más violentos.
El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, figura prominente del partido de extrema derecha Poder Judío, participó en el evento y pronunció un discurso en el que abogó por la aplicación de la pena de muerte para los “terroristas”. Ben Gvir también visitó el recinto de la mezquita de Al-Aqsa, tercer lugar más sagrado del Islam y epicentro de recurrentes tensiones religiosas. Aunque los judíos pueden visitar el lugar, gestionado por una fundación islámica jordana, no les está permitido rezar allí.
Desde la Autoridad Palestina, un portavoz condenó la marcha y la visita de Ben Gvir, advirtiendo que tales acciones, sumadas a la actual ofensiva militar en Gaza, representan una amenaza seria para la estabilidad regional. “Las repetidas incursiones en Al-Aqsa y actos provocativos como el izamiento de banderas israelíes en la Jerusalén ocupada sólo escalan el conflicto”, expresó el vocero Nabil Abu Rudeineh.
A nivel interno, la oposición israelí también alzó la voz. Yair Lapid denunció que el evento se ha convertido en un “festival de odio y racismo” y calificó los hechos como una “vergüenza para el judaísmo”. Por su parte, Yair Golan, otro líder opositor, calificó de “impactantes” las escenas registradas y afirmó: “Así se ven el odio, el racismo y el acoso. Jerusalén debe ser una ciudad para todos: judíos, cristianos y musulmanes”.
Durante la jornada, una gran bandera israelí fue desplegada en la explanada del Muro de las Lamentaciones, lugar más sagrado para la oración judía. La Marcha de la Bandera, como se conoce al evento, se celebra anualmente y es vista por el gobierno israelí como símbolo de la “unificación” de la capital. Sin embargo, gran parte de la comunidad internacional considera Jerusalén Oriental como un territorio palestino ocupado.
Este año, la marcha coincidió con el conflicto en curso en Gaza. Desde el inicio de la ofensiva israelí en respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 —que dejó alrededor de 1.200 muertos y 251 rehenes en Israel—, más de 53.939 personas han fallecido en Gaza, incluyendo alrededor de 16.500 niños, según fuentes palestinas. Se estima que unas 20 personas secuestradas continúan con vida.
0 Comments