Musulmán abandona el islam y se convierte en misionero tras poderoso encuentro con Jesús, “Mi vida cambió radicalmente”

Musulmán abandona el islam y se convierte en misionero tras poderoso encuentro con Jesús, “Mi vida cambió radicalmente”

 

Cássimo Armando, un mozambiqueño criado en una familia musulmana y marcado por una enfermedad que sufrió durante diez años, vivió inmerso en tradiciones de brujería y curanderos locales.

A los 17 años, tras una invitación a una cruzada evangelística, tuvo un encuentro transformador con Jesús que cambió radicalmente su vida y su fe, “Recuerdo que estaba en el suelo, llorando mucho, y empecé a hablar en nuevas lenguas. Me sentí totalmente libre. Sané y nunca más tuve problemas de salud”, contó para Guíame Noticias Gospel. 

“Ese día, en ese encuentro con Jesús, mi vida cambió radicalmente”, dice.

Cássimo enfrentó rechazo y dificultades tras su conversión cristiana, incluso siendo expulsado de su hogar y pasando hambre. A pesar del sufrimiento, mantuvo su fe y encontró un camino en la vida misionera, trabajando con la Iglesia Wesleyana en Nacala Porto para fortalecer comunidades y evangelizar aldeas remotas. Su familia también se fue uniendo a la fe cristiana con el tiempo.

Desde entonces, Cássimo se ha dedicado al trabajo misionero y sirve como diácono en una iglesia metodista en Mozambique, un país con predominancia musulmana en la región donde vive. Su testimonio incluye la sanidad espiritual y física, y su experiencia ha inspirado su labor en fortalecer las comunidades cristianas en su país y en Brasil.

Él y su equipo vivieron experiencias traumáticas, incluyendo arrestos y amenazas, pero destacaron el cuidado divino y la protección policial durante sus misiones.

Además, enfrentan desafíos como desastres naturales que dificultan su labor, lo que les obliga a proveer apoyo material y distribuir partes de la Biblia para mantener la fe local.

En medio de estas adversidades, Cássimo ha sido testigo de milagros, como la lluvia que permitió una cosecha inesperada a pesar de las condiciones secas, y la protección divina en situaciones de peligro, como viajes con el auto en malas condiciones.

Estas experiencias fortalecen su convicción de que Dios obra en medio de las dificultades para sostener su obra misionera.

Finalmente, el misionero resalta la importancia de la oración como fuente de fortaleza en la misión, incluso cuando no pueden estar presentes físicamente.

Su mensaje inspira a no desistir en la labor de llevar el amor de Cristo a todos los rincones, recordando que la fe y la perseverancia abren puertas y caminos para cumplir el llamado de alcanzar a pueblos, tribus y naciones.

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