Irlanda se posiciona a la vanguardia de Europa en la protección de los menores en el entorno digital. El Coimisiún na Meán, organismo regulador nacional responsable de supervisar la aplicación de la Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés) en el país, ha situado la seguridad infantil como eje central de su agenda para 2025, según detalla en su más reciente programa de trabajo.
A escala nacional, el regulador se compromete a garantizar que las plataformas digitales cumplan sus responsabilidades legales en materia de protección infantil, mediante la implementación y vigilancia del Marco de Seguridad Online. A partir de julio, entrarán en vigor nuevas disposiciones que restringen la exposición de menores a contenidos dañinos como el ciberacoso, la incitación a la autolesión o el suicidio, trastornos alimentarios, y desafíos virales peligrosos. También se reforzarán los controles sobre verificación de edad y herramientas de control parental.
La DSA, en vigor desde febrero de 2024 para todas las plataformas digitales de la Unión Europea, exige mayor transparencia a las empresas y el cumplimiento de normas en áreas como la integridad electoral. Mientras que la Comisión Europea supervisa directamente a las 25 plataformas más grandes (con más de 45 millones de usuarios mensuales), las plataformas de menor tamaño son controladas por autoridades nacionales como el Coimisiún na Meán.
Irlanda, además, ostenta la vicepresidencia del grupo de trabajo europeo encargado de redactar las directrices específicas para la protección de menores en el marco de la DSA, cuyo lanzamiento se prevé para este año. “Continuaremos participando en varias de las investigaciones iniciadas por la Comisión Europea en el contexto de la DSA, especialmente aquellas vinculadas con la infancia”, señala el organismo irlandés.
Investigaciones en marcha por riesgos para los menores
Actualmente, la Comisión Europea tiene abiertas varias investigaciones por posibles incumplimientos de la DSA. Entre ellas, destaca la iniciada el año pasado sobre Facebook e Instagram, ante sospechas de que sus algoritmos puedan fomentar comportamientos adictivos entre menores o generar los llamados "efectos madriguera" (rabbit hole effects). También se cuestionan los sistemas de verificación de edad implementados por Meta, matriz de ambas redes.
Recientemente, un alto cargo del Coimisiún na Meán advirtió sobre la necesidad de una interpretación común de la DSA entre los reguladores europeos, señalando que la legislación actual deja margen para discrepancias que podrían obstaculizar su aplicación efectiva.
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