Dios salva a toda una congregación de la ira de un tornado que arrasó con el templo, “Ha sido tan bueno con nosotros”

Dios salva a toda una congregación de la ira de un tornado que arrasó con el templo, “Ha sido tan bueno con nosotros”


 Una serie de tornados e inundaciones devastó varios estados, causando destrucción generalizada. En Kentucky, el santuario principal de la Iglesia Comunitaria de Cristo fue arrasado por un tornado, pero ningún feligrés resultó herido. Milagrosamente, el edificio estaba vacío durante su habitual servicio de oración del miércoles, evitando una tragedia.

El pastor Tim Turner canceló la reunión del 2 de abril por primera vez en 35 años de ministerio, siguiendo pronósticos de tormentas severas. Esta decisión inédita mantuvo a la congregación a salvo durante el desastre. Los creyentes atribuyen el hecho a una intervención de Dios, que reforzó su fe en medio de la adversidad.

 

Turner describe el evento como un “acto de Dios”, destacando cómo la cancelación impidió que el templo —que suele estar lleno— se convirtiera en una zona de riesgo.

“Si nos fijamos en todos estos bloques, era un muro de bloques de 5,5 metros de altura, y todo se derrumbó, incluyendo el techo, y dudo que hubiera habido sobrevivientes. Así que hoy no estamos de luto, sino alabando a Dios”, dice.

Lindsay Stanley, miembro de la iglesia, destaca cómo una decisión compartida con su esposo los llevó a quedarse en casa, coincidiendo con la cancelación inédita del servicio. Refugiados en su armario durante el tornado, escaparon ilesos, mientras el santuario —recién remodelado— quedó reducido a escombros. La pérdida incluyó cámaras, instrumentos y equipos valorados en miles de dólares.

A pesar del golpe, Stanley ve propósito divino: “Lo que parece un revés es una trampa para algo mayor”. Testimonios de sanaciones milagrosas y un llamado a expandir el espacio para evangelizar refuerzan su creencia en un plan divino acelerado. “Necesitábamos más lugar para albergar a los quebrantados”, afirma, confiando en una reconstrucción que supere lo perdido.

El pastor Turner enfatiza gratitud por la protección: de haber realizado el servicio, las víctimas hubieran sido numerosas debido al colapso total del techo y muros de concreto. El edificio juvenil, intacto, servirá como refugio temporal para continuar las actividades. La tragedia se transformó en oportunidad para fortalecer la fe y la misión evangelizadora.

La combinación de destrucción y milagro redefine la visión de la congregación: el espacio juvenil, aunque pequeño, mantendrá viva la comunidad mientras planean un santuario más grande.

“Somos personas resilientes. Reconstruiremos. Pero estamos muy agradecidos. Dios es tan bueno con nosotros. Lo prediqué el domingo por la mañana. Quiero que todos, quiero que el mundo sepa que esta iglesia todavía ama a Dios, todavía confía en Dios, todavía cree en Dios”, finalizó.



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