El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró recientemente que “no hay hambruna en Gaza”, añadiendo: “No existe ninguna política de hambre, y permitimos la entrada de ayuda humanitaria durante toda la guerra; de lo contrario, no habría gazatíes”. Sin embargo, informes sobre el terreno y cifras oficiales ofrecen una versión muy distinta.
El expresidente Donald Trump expresó su desacuerdo con las declaraciones de Netanyahu, señalando las imágenes de personas desnutridas: “Esos niños se ven muy hambrientos”, comentó.
Tras una creciente presión internacional, Israel anunció el fin de semana una serie de pausas humanitarias, lanzamientos aéreos de ayuda y otras medidas para facilitar el acceso de suministros a los palestinos. No obstante, residentes en Gaza afirman que estos esfuerzos han tenido poco o ningún impacto real. La ONU calificó la acción como una ampliación temporal de una semana, sin que Israel aclare la duración total de las medidas.
“Esta ayuda, entregada de esta forma, es un insulto al pueblo palestino”, declaró Hasan Al-Zalaan, presente en un sitio de lanzamiento aéreo, donde testigos vieron enfrentamientos por los suministros y latas de garbanzos aplastadas por el suelo.
Israel sostiene que la culpa de la escasez de ayuda recae en Hamas, acusando a sus militantes de confiscar suministros para mantener su control sobre el territorio. La ONU, por su parte, niega que el saqueo sea sistemático y afirma que estos incidentes disminuyen o desaparecen cuando se permite la entrada suficiente de ayuda.
Aumentan las muertes por desnutrición
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que en lo que va del mes han muerto 63 personas por causas relacionadas con la malnutrición, incluidos 24 niños menores de cinco años —una cifra muy superior a las 11 registradas en los seis meses anteriores.
El Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamas pero dirigido por médicos y considerado por la ONU como la fuente más confiable de datos de víctimas, eleva la cifra a 82 fallecimientos este mes: 24 niños y 58 adultos. Solo en las últimas 24 horas se reportaron 14 muertes.
El hospital "Patient’s Friends", principal centro de emergencia para niños desnutridos en el norte de Gaza, indicó que por primera vez se han registrado muertes en menores sin condiciones preexistentes. En adultos, enfermedades como diabetes o padecimientos cardíacos y renales fueron agravadas por el hambre extrema.
La OMS también señaló que la desnutrición aguda en el norte de Gaza se triplicó este mes, afectando a casi uno de cada cinco niños menores de cinco años. En el centro y sur del territorio, la tasa se ha duplicado. Solo existen cuatro centros especializados en tratamiento de desnutrición en Gaza, y la ONU advierte que todos están “desbordados”.
El acceso a Gaza sigue siendo limitado
Aunque el sistema internacional de referencia sobre crisis alimentarias, el IPC (Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria), lleva meses advirtiendo sobre una inminente hambruna en Gaza, no ha podido declararla oficialmente por falta de datos, debido a las restricciones impuestas por Israel.
El sábado 26 de julio, un palestino murió atropellado al intentar llegar a un convoy de ayuda en Gaza, en una escena que refleja la desesperación por acceder a los escasos recursos.
Israel anunció pausas diarias de 10 horas en los combates en tres áreas densamente pobladas para facilitar la distribución de alimentos por parte de la ONU. Sin embargo, según Martin Penner, portavoz del Programa Mundial de Alimentos, los 55 camiones que ingresaron el lunes por los cruces de Zikim y Kerem Shalom fueron saqueados por personas hambrientas antes de llegar a sus almacenes.
Expertos han calificado los lanzamientos aéreos como insuficientes ante la magnitud de la necesidad y peligrosos para quienes están en tierra. Israel informó que se lanzaron 48 paquetes entre domingo y lunes.
Muchos palestinos piden el restablecimiento completo del sistema de distribución humanitaria dirigido por la ONU que operó durante la guerra, en lugar del mecanismo respaldado por Israel desde mayo. Testigos y personal médico denuncian que fuerzas israelíes han disparado contra multitudes que intentaban acceder a centros de distribución o camiones de ayuda, causando cientos de muertes. El ejército israelí afirma que solo ha efectuado disparos de advertencia para dispersar amenazas.
Distribuir ayuda sigue siendo un reto
La ONU advierte que la entrega de ayuda en Gaza se ha vuelto cada vez más compleja. Una vez que la ayuda cruza la frontera, se necesita autorización militar israelí para recogerla. En los últimos tres meses, más de la mitad de estas solicitudes han sido denegadas o retrasadas.
Cuando la ONU logra recoger la ayuda, sus convoyes suelen ser asaltados por multitudes desesperadas y grupos armados. La policía civil de Hamas, que antes escoltaba estos envíos, dejó de hacerlo tras ser blanco de ataques aéreos israelíes.
Según la ONU, el método más efectivo para introducir ayuda en Gaza sigue siendo por carretera. Un camión puede transportar unas 19 toneladas. El ejército israelí afirma que, hasta el 21 de julio, han entrado 95,435 camiones desde el inicio del conflicto —un promedio de 146 diarios, muy por debajo de los 500 a 600 que la ONU considera necesarios. En algunos períodos, esta cifra ha sido menos de la mitad, y entre marzo y mediados de mayo, el acceso fue completamente bloqueado.
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